Stereo Cien 100.1 FM | El día que Prince nos enseñó a bailar frente al apocalipsis

El día que Prince nos enseñó a bailar frente al apocalipsis

Cecilia Masariego

2025-09-24

En el aniversario de su lanzamiento, recordamos "1999" de Prince, una canción que no solo fue un éxito, sino una revolución sonora que definió el "Sonido de Minneapolis".
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Un día como hoy, 24 de septiembre, pero de 1982, un joven genio de Minneapolis llamado Prince lanzó “1999”, el primer sencillo de su álbum del mismo nombre. Lo que en ese momento parecía una simple canción de fiesta con sintetizadores, con el tiempo se revelaría como una de las declaraciones artísticas más audaces de la década: un himno funk bailable sobre el fin del mundo.

La canción fue una ruptura y una premonición. Con su icónica introducción de sintetizador y sus voces procesadas que anunciaban: “No se preocupen, no voy a hacerles daño. Solo quiero que se diviertan”, Prince no solo estaba creando un éxito, estaba construyendo un universo sonoro completamente nuevo que definiría los años 80.

Bailando en el Fin del Mundo

La inspiración detrás de “1999” era sorprendentemente oscura para una canción tan festiva. Prince la escribió pensando en la ansiedad de la Guerra Fría y el miedo a una aniquilación nuclear. Su respuesta a la catástrofe inminente no fue el pánico, sino una celebración hedonista y desafiante.

La canción es un manifiesto de “carpe diem” para la era nuclear: si el fin del mundo se acerca, la única respuesta lógica es celebrar la vida mientras dure.

La Arquitectura del Sonido de Minneapolis

Musicalmente, “1999” fue una revolución. Fue una de las primeras canciones pop en ser construida casi en su totalidad sobre una caja de ritmos Linn LM-1, creando un ritmo robótico y funky que se convertiría en la marca registrada del “Sonido de Minneapolis”.

La estructura de la canción, con Prince compartiendo el micrófono con sus compañeros de banda Dez Dickerson y Lisa Coleman, rompía con la idea del vocalista único y creaba la sensación de una verdadera fiesta en el estudio.

Un Himno que Trascendió su Propio Tiempo

Aunque “1999” fue un éxito en su lanzamiento original, su verdadero estallido cultural ocurrió, irónicamente, a finales de los años 90. A medida que el milenio se acercaba, la canción se convirtió en la banda sonora no oficial de la víspera de Año Nuevo de 1999, reingresando a las listas de éxitos en todo el mundo.

Hoy, 43 años después de su lanzamiento, “1999” sigue siendo un himno inmortal. Es la prueba del genio de Prince: un artista capaz de tomar el miedo más profundo y convertirlo en una fiesta a la que todos seguimos queriendo asistir. 

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