A mediados de la década de los 90, mientras el grunge y el rock alternativo se desvanecían, un nuevo sonido, más pulcro, coreografiado y romántico, comenzó a apoderarse de las ondas de radio y, sobre todo, de los canales de videos musicales. Fue el comienzo de la era dorada de las boy bands, un fenómeno pop global que, aunque no era nuevo, alcanzó un nivel de histeria y dominio comercial sin precedentes, definiendo la segunda mitad de la década.
Estas no eran simplemente bandas; eran productos culturales meticulosamente diseñados. Grupos de cinco jóvenes, cada uno con un arquetipo definido (el sensible, el chico malo, el mayor, el tierno, el bromista), que cantaban baladas emotivas y temas bailables, todo ello envuelto en coreografías sincronizadas y videos de alto presupuesto.
Los Backstreet Boys y el fenómeno global
Los Backstreet Boys fueron los primeros en irrumpir a nivel global. Con su álbum debut internacional en 1996, conquistaron Europa y Asia antes de finalmente explotar en su natal Estados Unidos. Canciones como “Quit Playing Games (with My Heart)” y “As Long As You Love Me” se convirtieron en himnos para millones de adolescentes, gracias a sus armonías perfectas y sus letras sobre el anhelo romántico. Su éxito masivo con el álbum Millennium (1999) y temas como “I Want It That Way” los consolidaron como la boy band más vendedora de la historia.
Poco después, *NSYNC, liderados por un joven y carismático Justin Timberlake, llevaron el fenómeno a un nuevo nivel de estrellato pop. Con un sonido que incorporaba más influencias del R&B y el dance, éxitos como “Bye Bye Bye” y “It’s Gonna Be Me” no solo dominaron las listas, sino que sus videos, con coreografías complejas y memorables, se convirtieron en eventos culturales en la era de TRL de MTV.
La Respuesta Británica: Take That y las Spice Girls
Aunque el modelo de Orlando dominó, el Reino Unido tuvo su propia y masiva respuesta. Take That, liderados por Gary Barlow y un joven Robbie Williams, fue un fenómeno en Europa a principios de los 90. Con un enfoque en baladas de piano y un estilo más maduro, canciones como “Back for Good” lograron incluso cruzar el Atlántico.
Y aunque no eran una boy band, es imposible hablar del pop de los 90 sin mencionar a las Spice Girls. Utilizando la misma fórmula de arquetipos y marketing brillante, ellas crearon el “Girl Power”, la contraparte femenina que demostró que el modelo era universalmente poderoso.
Un Legado de Histeria y Pop Perfecto
La era dorada de las boy bands fue relativamente breve, desvaneciéndose con el cambio de milenio. Sin embargo, su impacto es innegable. Definieron el sonido y la estética del pop de finales de los 90, crearon una conexión fanática con su audiencia que no se había visto desde la Beatlemanía y, lo más importante, nos dejaron un cancionero de pop perfectamente construido.
Décadas después, la nostalgia por esa era sigue intacta, como lo demuestran las exitosas giras de reunión y las residencias en Las Vegas. Fue un tiempo de pop sin cinismo, de coreografías en conjunto y de una histeria colectiva que, para muchos, sigue siendo la banda sonora de su juventud.