La actriz y activista Angelina Jolie ha expresado su profunda preocupación por el clima político actual en Estados Unidos, afirmando que, en este momento, no reconoce a su propio país. Las contundentes declaraciones tuvieron lugar durante una aparición en el Festival de Cine de San Sebastián.
Cuando se le preguntó sobre sus miedos como artista y como estadounidense en la actualidad, la estrella ganadora del Oscar ofreció una respuesta reflexiva y sombría. “Es una pregunta muy difícil”, respondió, según reporta Variety. “Amo a mi país, pero en este momento, no reconozco a mi país”.
Jolie, conocida por su labor humanitaria a nivel mundial, enfatizó su perspectiva internacional. “Siempre he vivido internacionalmente, mi familia es internacional, mis amigos, mi vida… Mi visión del mundo es igualitaria, unida e internacional”, explicó. “Cualquier cosa, en cualquier lugar, que divida o limite las expresiones personales y las libertades de cualquiera, creo que es muy peligrosa”.
“Tiempos Muy, Muy Pesados”
La actriz admitió la gravedad del momento, subrayando la necesidad de ser cuidadosos con las palabras. “Estos son tiempos muy serios”, dijo, “y tenemos que tener cuidado de no decir las cosas a la ligera. Estos son tiempos muy, muy pesados los que estamos viviendo juntos”.
Sus comentarios llegan en un momento de extrema polarización en Estados Unidos, ejemplificado por la reciente y controvertida suspensión indefinida del programa de Jimmy Kimmel por parte de la cadena ABC. La decisión se tomó después de que el presentador hiciera comentarios sobre el asesinato del activista de derecha Charlie Kirk, sugiriendo que el tirador era un seguidor de Donald Trump.
Un Hollywood Dividido
La suspensión de Kimmel ha provocado una fuerte reacción en la industria, con la mayoría de los gremios creativos y presentadores como Stephen Colbert criticando la decisión como un ataque a la libertad de expresión, mientras que figuras del lado opuesto lo han celebrado.
Las palabras de Angelina Jolie, una de las figuras de Hollywood con mayor perfil global y menos dada a la controversia partidista, resuenan con especial fuerza en este contexto. Su declaración no es un ataque a un partido, sino un lamento por la división y la limitación de libertades que, según ella, están haciendo que su propio país se vuelva irreconocible.
