Robert Redford (18 de agosto de 1936 – 16 de septiembre de 2025) fue uno de los nombres más influyentes y respetados en la historia del cine. Actor, director, productor y activista cultural, su carrera abarcó más de seis décadas y dejó huella tanto en la pantalla como en la industria cinematográfica mundial. Falleció a los 89 años en su residencia de Utah, mientras dormía, rodeado de sus seres queridos. Su partida marca el cierre de una era dorada en Hollywood y en el cine independiente.
Redford comenzó su trayectoria en la televisión durante los años sesenta, pero fue en el cine donde encontró su verdadera consagración. Su carisma y talento lo convirtieron rápidamente en un ícono de Hollywood. Películas como Butch Cassidy and the Sundance Kid (1969), junto a Paul Newman, lo catapultaron a la fama internacional. Poco después, consolidó su imagen con clásicos como The Sting (1973), The Great Gatsby (1974) y All the President’s Men (1976), donde interpretó al periodista Bob Woodward, pieza clave en la investigación del caso Watergate.
Durante los setenta y ochenta, Redford protagonizó algunas de las películas más representativas de su tiempo. Entre ellas destacan The Way We Were (1973), junto a Barbra Streisand, y Out of Africa (1985), que ganó el Óscar a Mejor Película. Su presencia en pantalla combinaba atractivo, compromiso y una sensibilidad artística que lo distinguía de otras estrellas de su generación. En etapas más recientes, sorprendió con All Is Lost (2013), un drama casi sin diálogos que mostró su capacidad de sostener en solitario una película. Su última aparición en cine fue en The Old Man & the Gun (2018), con la que anunció su retiro de la actuación.
Además de actor, Robert Redford fue un director aclamado. Su debut detrás de la cámara con Ordinary People (1980) fue un éxito rotundo, ganando el Óscar a Mejor Director. Posteriormente dirigió cintas como A River Runs Through It (1992), que lanzó al estrellato a Brad Pitt, y Quiz Show (1994), ambas nominadas al Óscar. Su estilo se caracterizaba por una narrativa sobria, elegante y con gran sensibilidad humana.
Quizá uno de los mayores legados de Redford al cine mundial sea el Sundance Film Festival, creado en 1981 en Utah como una plataforma para cineastas independientes. Lo que comenzó como un pequeño encuentro se transformó en uno de los festivales de cine más importantes del mundo, impulsando carreras de directores como Quentin Tarantino, Steven Soderbergh y los hermanos Coen. Gracias a Sundance, el cine independiente encontró un escaparate global y nuevas oportunidades de distribución.
Hoy, tras su fallecimiento, Robert Redford será recordado no solo como una estrella de Hollywood, sino como un pionero cultural. Su contribución va más allá de sus actuaciones memorables: abrió caminos para una nueva generación de cineastas, defendió la importancia del cine independiente y dejó un sello personal en cada proyecto. Su nombre seguirá siendo sinónimo de calidad, compromiso artístico y pasión por el séptimo arte.